LÍDERES EN SOLITARIO

Zornotza ST-71; Juaristi ISB-55 Parciales: 12-14, 17-20 (29-34); 21-11 (50-45), 21-10 (71-55) Los dos mejores arranques de los verdes en sus anteriores participaciones en Plata habían sido dos triunfos, minirracha que se truncaba con un “a la tercera va la perdida”, pero esta vez… Tres de tres. Tercera victoria consecutiva de un Zornotza que se […]
Zornotza ST-71; Juaristi ISB-55
Parciales: 12-14, 17-20 (29-34); 21-11 (50-45), 21-10 (71-55)
Los dos mejores arranques de los verdes en sus anteriores participaciones en Plata habían sido dos triunfos, minirracha que se truncaba con un “a la tercera va la perdida”, pero esta vez… Tres de tres. Tercera victoria consecutiva de un Zornotza que se queda como líder en solitario; único equipo del Grupo Oeste de LEB Plata que aún no conoce la derrota.
Ni el huracán Leslie ni el huracán Iker Salazar –enooorme partido el suyo- iban a poder evitar el pleno de victorias zornotzarra, nuestro feliz tres en raya particular. Aunque ambos fenómenos, uno meteorológico y otro humano, iban a condicionar la sesión matinal. El primero porque obligó a los aficionados a arrostrar viento y lluvia para llegar a Larrea, porque dejó la cancha salpicada de goteras, porque ocasionaría alguna caída de corriente eléctrica. Y el segundo, “nuestro” Iker –recibido y despedido como se merece: con una gran ovación-, porque completaría un auténtico partidazo que nos iba a poner contra las cuerdas durante toda la primera mitad.
Y es que en esa primera mitad de este derbi vasco los de Garita no estuvieron finos. Al igual que la afición, parecían con escasez de corriente eléctrica, sufriendo un apagón inoportuno, cosas de Leslie, seguramente. El caso es que en el primer cuarto nos estrellábamos una y otra vez contra la zona 2-3 dispuesta por Lolo Encinas. El que no tenía ni problemas ni remilgos para jugar contra sus ex era Iker, quien comenzaría su particular recital anotador. Él era el líder de un Iraurgi que, por otra parte, tampoco brillaba mucho y entre zornotzarras y azpeitiarras iban dibujando un gráfico de tiro realmente deprimente (habiendo más tapones que canastas). Que el Zornotza llegase a los últimos segundos de ese cuarto inicial con empate y posesión era buena noticia. Que Iker se encargó en convertir en mala al robar el balón, volar solo hacia nuestro aro y fijar con un mate el 12-14 con que finalizaba este periodo.
Seguiríamos en esa línea un tanto atolondrada en el segundo asalto. Los visitantes lo aprovechan y van ampliando las ventajas hasta los siete puntos, 23-30, que si no iban a más era por algún que otro triple que convertíamos en momentos puntuales y por el trabajo en la pintura de Imanol Orue-Mazaga y Kevin Bercy. Así evitamos que el Iraurgi rompa el partido y llegamos a acercarnos a un 29-32. En la última acción antes del descanso el balón va de unas manos a otras, no podemos quedarnos con él y los azpeitiarras tendrán opción de un último tiro. Es Xabier Beraza el que se lo tendrá que jugar, con un defensor encima, mal posicionado, pero su desesperado lanzamiento hace chof y queda en 29-34 el tanteo –afortunadamente estaba pisando la línea de 6,75- camino de los vestuarios. La primera mitad no dejaba buenas vibraciones.
Pero en el descanso ha debido sonar el despertador. O los despertadores, porque los verdes saltan a la cancha con otro tono y la Marea Verde también muestra otra actitud. Larrea ha activado el modo “no en mi casa”; afición y jugadores, jugadores y afición, se retroalimentan de energía competitiva, y ganadora. La defensa zornotzarra sube muchos enteros el nivel de intensidad y ello deviene en alegría ofensiva. Aunque todavía caeremos en algún despiste de marcaje bajo nuestro aro que permiten fáciles bandejas tras elementales puertas atrás o bloqueos directos de los rivales, nuestro ritmo ya es otro, en ambas mitades de cancha. Hay frescura en defensa y soltura en ataque. Los jugadores empiezan a disfrutar, y la grada también. Un 21-7 de parcial deja el marcador en 50-41. Nuestra escapada es cortada antes del final del cuarto en dos acciones azpeitiarras que dejan un igualado 50-45.
Sin embargo, la dinámica ya es totalmente distinta a la de la primera mitad y el Zornotza busca con determinación sentenciar el derbi por la vía rápida. Charles Eaton, que había pasado inadvertido hasta ese momento, será el encargado de dejar atada y bien atada la victoria y el consiguiente liderato. El escolta de Alabama anota nueve puntos consecutivos: un tiro en suspensión -y con suspense-, dos mates tras robo y un triple del estilo “me lo juego porque yo lo valgo”, cosas de jugones. Ahí se rompe el partido, pero no ha sido merced a acciones individuales, sino que todo ha sido fruto de un esfuerzo colectivo, con jugadores enchufados y sacrificados. El Zornotza abre una brecha insalvable para los azpeitiarras. El apagón de luz propiciado por el desagradable Leslie no es más que una anécdota, porque el apagón de juego zornotzarra se había reparado ya en el descanso. En la segunda mitad los verdes están iluminados y con un 42-21 parcial han logrado esta tercera victoria, 71-55, este liderato en solitario (Marín perdía en cancha baskonista). Permitiendo incluso el debut en Plata de Markel Mendibe y Loren Uriarte, nuestros dos jugadores vinculados del Tabirako.
El MVP del partido ha sido para Kevin Bercy con 20 de valoración (16 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 3 recuperaciones, 4 faltas recibidas). El eléctrico Saah Nimley sigue en línea regular, 17 créditos de valoración, 14 puntos. Dobles dígitos anotadores también ha alcanzado Álex Mazaira, 13 (4/8 en triples), siendo también el máximo reboteador con 7 capturas. Y todos los demás aportando: el carácter del capitán Joseba Estalayo, la entrega sin estridencias de Imanol Orue-Mazaga, Udun Osakue y Mikel Sainz de la Maza, las gotas de calidad que deja entrever Samu Barros, los “momentos jugón” de Charles Eaton, y un Davie Champagnie que espera en el banquillo a su total recuperación física.
Y todo esto el día en que el jugador más ovacionado era un rival. Iker Salazar terminaba el partido con 19 puntos, 6 rebotes y 20 de valoración. Tras el bocinazo final el público ha cantado un emotivo y cariñoso Iker, Iker con el que ha sido despedido el que siempre será uno de los nuestros.
Hemos retornado a Plata por la puerta grande. Tres victorias en tres partidos, líderes, únicos imbatidos de nuestro grupo… Pero no se nos va a subir este eventual estado exitoso de las cosas a la cabeza. La competición es larga, no ha hecho nada más que comenzar y nos esperan muchas emociones por delante. Habrá, seguramente, momentos menos dulces que el actual. Así que celebrémoslo, pero pensando en seguir trabajando con humildad, no carente de ambición, en la preparación de los siguientes compromisos.
Las próximas dos jornadas nos toca viajar. El sábado 20 visitaremos al Estela en Santander y el 27 jugaremos en el pabellón Ángel Nieto contra el CB Zamora. Larrea habrá de esperar a noviembre, sábado 3, para volver a vivir el espectáculo de la LEB Plata, entonces nos visitará el Gijón Baloncesto.
Ahora toca disfrutar, por lo menos durante una semana, de las excelentes vistas que se tienen desde aquí arriba, desde el liderato del Grupo Oeste de LEB Plata.
1, 2, 3,… ZOR-NO-TZA!!!