SUFRIDA E IMPORTANTÍSIMA VICTORIA

Zornotza ST-71; Marín Ence Peixe Galego-67 Parciales: 17-15, 20-16 (37-31); 15-20 (52-51), 19-16 (71-67) Se ha sufrido, pero se ha ganado, y quizás cuando cuesta tanto las victorias saben mejor. Lo que está claro es que este triunfo en la décima jornada es importantísimo, porque todo está muy igualado, porque era ante un rival directo […]
Parciales: 17-15, 20-16 (37-31); 15-20 (52-51), 19-16 (71-67)
Se ha sufrido, pero se ha ganado, y quizás cuando cuesta tanto las victorias saben mejor. Lo que está claro es que este triunfo en la décima jornada es importantísimo, porque todo está muy igualado, porque era ante un rival directo (como lo son casi todos) con el que íbamos empatados a 5 victorias y 4 derrotas y porque de esta manera nos volvemos a meter en la mitad alta de la clasificación, donde todos queremos estar, donde se pelea por el ascenso y se dice adiós al descenso. Por todo ello, ganar al Marín sabe a tan bien.
Si ha costado tanto ganar ha sido porque el equipo gallego –de alguna manera hermanado con nosotros por compartir el descenso administrativo de infausto recuerdo del verano de 2017- nos lo ha puesto muy, pero que muy difícil. Cualquiera de los dos equipos podría haber sido el ganador y nadie tendría nada que objetar. Nosotros hemos contado con un factor desequilibrante y determinante en los momentos calientes del final del choque: nuestra afición, que ha vuelto a convertir Larrea en una caldera, que ha vuelto a conseguir que la Marea Verde haya generado olas para llevarnos a buen puerto. Otra tarde mágica, y van tantas…
Ha tenido que ser la grada la que desequilibrara la balanza, porque en la cancha ambos equipos se empeñaban en mantener una igualdad máxima; durante muchos minutos con los de Garita por delante, pero que en la fase crucial veía a los de Javi Llorente acercarse al premio. En el Zornotza debutaba, ya en el quinteto inicial, el recién llegado Randy Onwuasor, un escolta californiano con pasaporte nigeriano. Pese a no haber tenido tiempo de adaptarse a esta su nueva experiencia -terminó la pasada primavera su periplo universitario en los Estados Unidos-, ha dado muestras de carácter y de no cortarse a la hora de asumir responsabilidades, convirtiéndose en importante elemento para el éxito final. Enfrente estaba otro que no se corta, Jordan Gregory, máximo anotador del total de la LEB Plata, y un viejo conocido, el base Juanchi Orellano, recibido con la pertinente ovación, ya que jugó con nosotros hace un par de temporadas y dejó en Amorebieta un grato recuerdo, no sólo por su saber hacer en la cancha, sino también por sus dotes como músico. Pero el partido era mucho más que unos nombres propios, iba a ser la lucha de dos conjuntos trabajando en equipo.
El arranque del partido es titubeante y errático por parte de ambos bandos. Minutos de tanteo, que se dice eufemísticamente, como si fuesen dos púgiles estudiándose. La presión a toda cancha gallega nos busca las cosquillas para dificultarnos evolucionar con cierto desahogo. Y lo logra. Pero nosotros también somos capaces de frenar su ofensiva. Hay más fallos que aciertos. Cinco minutos y 6-4 en el marcador. Los otros cinco minutos de este primer cuarto son más alegres, ambos parecen encontrar las llaves para abrir el aro rival. El Zornotza, más acertado desde el exterior, abre brechitas de cuatro puntos, pero el Marín impide que vayan a más gracias a segundas oportunidades en ataque, donde están cargando bien el rebote, sobre todo Taiwo Badmus, que ejerce de barrendero por nuestra pintura. Termina el primer acto con el marcador en 17-15.
En la continuación más de lo mismo. Nosotros seguimos teniendo buena puntería en la larga distancia (Álex Mazaira, por ejemplo, anotará 3 de 3 triples en la primera mitad) y el Peixe empieza a alternar la amenaza exterior, principalmente de la mano de Gregory, con el juego interior, donde ya se deja notar la presencia de Antonio Pantín, un pívot con mucha calidad. Y todo sigue igual; damos algunos arreones, pero ellos responden. Sin embargo, en los últimos minutos de este segundo cuarto vuelve la sequía anotadora y de ellos salimos favorecidos. Provocamos un apagón en el conjunto marinense y alcanzamos nuestra mayor ventaja de todo el partido, seis puntos, con la que nos vamos al descanso: 37-31.
Vuelven del vestuario los equipos y es el visitante el que parece más beneficiado por el descanso. Los de Llorente salen muy concentrados, moviendo el balón con elaborados sistemas y con paciencia. Nos desconciertan con dos cincos en cancha, Pantín y Vashil Fernández, y también buscan cambiar las cosas en su mitad de pista disponiendo una defensa zonal. Hemos perdido la puntería exterior y buscamos anotar cortando la zona. Ahora somos nosotros los que acaparamos rebotes defensivos. Y la exigua renta ahí sigue, no hay manera de romper el partido, de quitarnos de encima a un Marín que en un momento dado se ha llegado a poner brevemente por delante en el marcador. El tercer periodo es de ellos, aunque finaliza con la mínima ventaja para nosotros, 52-51.
En el último cuarto ya se vive el ambiente de las grandes tardes. Larrea es pasión baloncestística en estado puro. La afición empuja a nuestros muchachos, que siguen peleando por cada balón, que siguen comandando el marcador, pero nunca de manera definitiva. Tal es así, que a cinco minutos del final el Marín aprieta, y de qué manera, castigándonos con un parcial de 0-9 que supone entrar en zona de peligro, mucho peligro, porque a tres minutos del final estamos cuatro abajo, 61-65. Hay que apretar en defensa y eso es lo que se hace tras un tiempo muerto de Garita. Marín quiere alargar las posesiones para consumir tiempo, pero no acaban en canasta y nos permiten recuperarnos tras un rebote ofensivo de Kevin Bercy que anota y una acción individual de un Udun Osakue descarado. En minuto y medio hemos empatado. Quedan noventa segundos rebosantes de emoción. Falla el ataque el equipo gallego y Osakue es objeto de falta en la lucha por el vital rebote. Anota los dos tiros libres, 67-65. Volvemos a estar por delante luego de un 6-0 de parcial. Una penetración de Badmus devuelve la igualdad al marcador ya en el último minuto. Es la hora de los valientes. A veintiocho segundos del final el debutante Onwuasor se cubre de gloria al recoger el rebote tras fallo de Davie Champagnie y ser capaz de levantar el balón y anotar rodeado de brazos por doquier. Estamos dos arriba. Los visitantes realizan una jugada que acaba con Orellano liberado en una esquina, lanza el triple para ganar el partido, todo Larrea queda en vilo, ¡y el balón no entra! Rebote para Bercy, que recibe falta personal a once segundos del final. El canadiense hace diana en los dos lanzamientos desde la línea y el 71-67 será el resultado final tras un tiro a la desesperada gallego. Han sido tres minutos donde la unión de equipo y afición han forzado un 10-2 parcial que nos da esta victoria tan importante.
Kevin Bercy repite esta jornada como MVP con 18 de valoración (14 puntos y 11 rebotes, muchos de ellos en los momentos más calientes). Le iguala como máximo anotador del equipo Randy Onwuasor –buena manera de debutar- que alcanza los 14 puntos con un cincuenta por ciento en todos sus tiros; 5 de 10 de dos, 1 de 2 en triples y 1 de 2 en tiros libres.
La importancia de la victoria se refleja en el hecho de que hasta hoy, e incluso con balance victorias/derrotas positivo (5-4), éramos séptimos, es decir estábamos fuera del ansiado sexteto de cabeza, y tras ganar este sábado volvemos a reingresar en ese grupo de privilegio, a una sola victoria del líder, pero también a una sola derrota de caer a la mitad de abajo. Esto está que arde y la próxima semana finaliza la primera vuelta de la fase inicial. A nosotros nos tocará jugar en Ávila este sábado 1 de diciembre. Esperemos que allí, en la ciudad amurallada, el equipo siga mostrando el carácter ofrecido en estas dos victorias consecutivas y podamos así tratar de afianzarnos en la parte alta de la tabla.
1, 2, 3,… ZOR-NO-TZA!!!